4 El furor es cruel, agua desbordada la cólera; mas ¿quién resistirá
ante la envidia?
5 Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto.
6 Leales son las heridas del amigo, falsos los besos del enemigo.
7 Alma saciada pisotea la miel, al alma hambrienta, hasta lo amargo es
dulce.
8 Como yerra el pájaro lejos de su nido, así yerra el hombre lejos de
su lugar.
9 El aceite y el perfume alegran el corazón, la dulzura del amigo
consuela el alma.
10 No abandones a tu amigo ni al amigo de tu padre; no entres en la
casa de tu hermano el día de tu infortunio. Mejor es vecino próximo
que
hermano alejado.
11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; y podré responder al que
me ultraja.
12 El hombre precavido ve el mal y se esconde, los simples pasan y
reciben castigo.
13 Tómale su vestido, pues salió fiador de otro; tómale prenda por los
extraños.
14 Al que ya de mañana a su prójimo bendice en alta voz, le será
contado como una maldición.
15 Goteo incesante en día de lluvia y mujer chismosa, son iguales;
16 el que la retiene, retiene viento y aceite encuentra su derecha.
17 El hierro con hierro se aguza, y el hombre con su prójimo se afina.
18 El que vigila una higuera come de su fruto, el que guarda a su
señor será honrado.
19 Como en el agua un rostro refleja otro rostro, así el corazón de un
hombre refleja el de otro hombre.
20 Seol y Perdición son insaciables; tampoco se sacian los ojos del
hombre.
21 Crisol para la plata, horno para el oro, el hombre vale según su
reputación.
22 Aunque machaques al necio en el mortero, (entre el grano, con el
pilón) no se apartará de él su necedad.
23 Conoce a fondo el estado de tu ganado, aplica tu corazón a tu
rebaño;