...la Biblia de Jerusalén
Proverbios 4, 2-18
2 porque es buena la doctrina que os enseño; no abandonéis mi
lección.
3 También yo fui hijo para mi padre, tierno y querido a los ojos de mi
madre,
4 El me enseñaba y me decía: «Retén mis palabras en tu corazón,
guarda mis mandatos y vivirás.
5 Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te
apartes de los dichos de mi boca.
6 No la abandones y ella te guardará, ámala y ella será tu defensa.
7 El comienzo de la sabiduría es: adquiere la sabiduría, a costa de
todos tus bienes adquiere la inteligencia.
8 Haz acopio de ella, y ella te ensalzará; ella te honrará, si tú
la
abrazas;
9 pondrá en tu cabeza una diadema de gracia, una espléndida corona
será tu regalo».
10 Escucha, hijo mío, recibe mis palabras, y los años de tu vida se te
multiplicarán.
11 En el camino de la sabiduría te he instruido, te he encaminado por
los senderos de la rectitud.
12 Al andar no se enredarán tus pasos, y si corres, no tropezarás.
13 Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, que es tu vida.
14 No te metas por la senda de los perversos, ni vayas por el camino
de los malvados.
15 Evítalo, no pases por él, apártate de él, pasa adelante.
16 Porque ésos no duermen si no obran el mal, se les quita el sueño si
no han hecho caer a alguno.
17 Es que su pan es pan de maldad, y vino de violencia es su bebida.
18 La senda de los justos es como la luz del alba, que va en aumento
hasta llegar a pleno día.