...la Biblia de Jerusalén
Proverbios 5, 1-9
1 Presta, hijo mío, atención a mi sabiduría, aplica tu oído a mi
prudencia,
2 para que guardes tú la reflexión y tus labios conserven la ciencia. No
hagas caso de la mujer perversa,
3 pues miel destilan los labios de la extraña, su paladar es más suave
que el aceite;
4 pero al fin es amarga como el ajenjo, mordaz como espada de dos
filos.
5 Sus pies descienden a la muerte, sus pasos se dirigen al seol.
6 Por no seguir la senda de la vida, se desvía por sus vericuetos sin
saberlo.
7 Así pues, hijo mío, escúchame, no te apartes de los dichos de mi
boca:
8 aleja de ella tu camino, no te acerques a la puerta de su casa;
9 no sea que ella dé tu honor a otro y tus años a un hombre cruel;