...la Biblia de Jerusalén
Proverbios 6, 18-31
18 corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia
el mal,
19 testigo falso que profiere calumnias, y el que siembra pleitos entre
los hermanos.
20 Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección
de tu madre.
21 Tenlos atados siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello;
22 en tus pasos ellos serán tu guía; cuando te acuestes, velarán por ti;
conversarán contigo al despertar.
23 Porque el mandato es una lámpara y la lección una luz; camino de
vida los reproches y la instrucción,
24 para librarte de la mujer perversa, de la lengua suave de la extraña.
25 No codicies su hermosura en tu corazón, no te cautive con sus
párpados,
26 porque un mendrugo de pan basta a la prostituta, pero la casada va
a la caza de una vida preciosa.
27 ¿Puede uno meter fuego en su regazo sin que le ardan los vestidos?
28 ¿Puede uno andar sobre las brasas sin que se le quemen los pies?
29 Así le pasa al que se llega a la mujer del prójimo: no saldrá ileso
ninguno que la toque.
30 No se desprecia al ladrón cuando roba para llenar su estómago,
porque tiene hambre.
31 Mas, si le sorprenden, paga el séptuplo, tiene que dar todos los
bienes de su casa.