...la Biblia de Jerusalén
Proverbios 6, 2-25
2 si te has obligado con las palabras de tu boca, si de la palabra de tu
boca te has dejado prender,
3 haz esto, hijo mío, para quedar libre, pues has caído en manos de tu
prójimo: Vete, póstrate, importuna a tu prójimo;
4 no concedas a tus ojos sueño ni a tus párpados reposo;
5 líbrate, como la gacela del lazo, como el pájaro de la mano del
pajarero.
6 Vete donde la hormiga, perezoso, mira sus andanzas y te harás
sabio.
7 Ella no tiene jefe, ni capataz, ni amo;
8 asegura en el verano su sustento, recoge su comida al tiempo de la
mies.
9 ¿Hasta cuándo, perezoso, estarás acostado? ¿cuándo te levantarás de
tu sueño?
10 Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los
brazos cruzados;
11 y llegará como vagabundo tu miseria y como un mendigo tu
pobreza.
12 Un malvado, un hombre inicuo, anda con la boca torcida,
13 guiña el ojo, arrastra los pies, hace señas con los dedos.
14 Torcido está su corazón, medita el mal, pleitos siembra en todo
tiempo.
15 Por eso vendrá su ruina de repente, de improviso quebrará, y no
habrá remedio.
16 Seis cosas hay que aborrece Yahveh, y siete son abominación para
su alma:
17 ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre
inocente,
18 corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia
el mal,
19 testigo falso que profiere calumnias, y el que siembra pleitos entre
los hermanos.
20 Guarda, hijo mío, el mandato de tu padre y no desprecies la lección
de tu madre.
21 Tenlos atados siempre a tu corazón, enlázalos a tu cuello;
22 en tus pasos ellos serán tu guía; cuando te acuestes, velarán por ti;
conversarán contigo al despertar.
23 Porque el mandato es una lámpara y la lección una luz; camino de
vida los reproches y la instrucción,
24 para librarte de la mujer perversa, de la lengua suave de la extraña.
25 No codicies su hermosura en tu corazón, no te cautive con sus
párpados,