20 Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja
ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de
forma que son inexcusables;
21 porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios
ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos
y su
insensato corazón se entenebreció: