Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Romanos 11, 1-33

1 Y pregunto yo: = ¿Es que ha rechazado Dios a su pueblo? = ¡De
ningún modo! ¡Que también yo soy israelita, del linaje de Abraham, de la
tribu de Benjamín!

2 Dios no ha rechazado a su pueblo, en quien de antemano puso sus
ojos. ¿O es que ignoráis lo que dice la Escritura acerca de Elías, cómo se
queja ante Dios contra Israel?

3 ¡Señor!, = han dado muerte a tus profetas; han derribado tus altares;
y he quedado yo solo y acechan contra mi vida. =

4 Y ¿qué le responde el oráculo divino? = Me he reservado 7.000
hombres que no han doblado la rodilla ante Baal. =

5 Pues bien, del mismo modo, también en el tiempo presente subsiste
un resto elegido por gracia.

6 Y, si es por gracia, ya no lo es por las obras; de otro modo, la gracia
no sería ya gracia.

7 Entonces, ¿qué? Que Israel no consiguió lo que buscaba; mientras lo
consiguieron los elegidos. Los demás se endurecieron,

8 como dice la Escritura: = Dióles Dios un espíritu de embotamiento:
ojos para no ver y oídos para no oír, hasta el día de hoy. =

9 David también dice: = Conviértase su mesa en trampa = y lazo, = en
piedra de tropiezo y justo pago, =

10 = oscurézcanse sus ojos para no ver; agobia sus espaldas sin cesar.

=

11 Y pregunto yo: ¿Es que han tropezado para quedar caídos? ¡De

ningún modo! Sino que su caída ha traído la salvación a los gentiles, para
llenarlos de celos.

12 Y, si su caída ha sido una riqueza para el mundo, y su mengua,
riqueza para los gentiles ¡qué no será su plenitud!

13 Os digo, pues, a vosotros, los gentiles: Por ser yo verdaderamente
apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio,

14 pero es con la esperanza de despertar celos en los de mi raza y
salvar a alguno de ellos.

15 Porque si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué
será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?

16 Y si las primicias son santas, también la masa; y si la raíz es santa
también las ramas.

17 Que si algunas ramas fueron desgajadas, mientras tú - olivo
silvestre - fuiste injertado entre ellas, hecho participe con ellas de la raíz
y
de la savia del olivo,

18 no te engrías contra las ramas. Y si te engríes, sábete que no eres tú
quien sostiene la raíz, sino la raíz que te sostiene.


19 Pero dirás: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera
injertado.

20 ¡Muy bien! Por su incredulidad fueron desgajadas, mientras tú, por
la fe te mantienes. ¡No te engrías!; más bien, teme.

21 Que si Dios no perdonó a las ramas naturales, no sea que tampoco
a ti te perdone.

22 Así pues, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad
con los que cayeron, bondad contigo, si es que te mantienes en la bondad;
que si no, también tú serás desgajado.

23 En cuanto a ellos, si no se obstinan en la incredulidad, serán
injertados; que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo.

24 Porque si tú fuiste cortado del olivo silvestre que eras
por
naturaleza, para ser injertado contra tu natural en un olivo cultivado, ¡con
cuánta más razón ellos, según su naturaleza, serán injertados en su propio
olivo!

25 Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, = no sea que
presumáis de sabios: = el endurecimiento parcial que sobrevino a
Israel
durará hasta que entre la totalidad de los gentiles,

26 y así, todo Israel será salvo, como dice la Escritura: = Vendrá de
Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades. =

27 = Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus
pecados. =

28 En cuanto al Evangelio, son enemigos para vuestro bien; pero en
cuanto a la elección amados en atención a sus padres.

29 Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables.

30 En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra
Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su
rebeldía,

31 así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la
misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora
misericordia.

32 Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con
todos ellos de misericordia.

33 ¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios!

¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!