2 Uno cree poder comer de todo, mientras el débil no come más que
verduras.
3 El que come, no desprecie al que no come; y el que no come,
tampoco juzgue al que come, pues Dios le ha acogido.
4 ¿Quién eres tú para juzgar al criado ajeno? Que se mantenga en pie
o caiga sólo interesa a su amo; pero quedará en pie, pues poderoso
es el
Señor para sostenerlo.