3 Saludad a Prisca y Aquila, colaboradores míos en Cristo Jesús.
4 Ellos expusieron sus cabezas para salvarme. Y no soy solo en
agradecérselo, sino también todas las Iglesias de la gentilidad;
5 saludad también a la Iglesia que se reúne en su casa. Saludad a mi
querido Epéneto, primicias del Asia para Cristo.
6 Saludad a María, que se ha afanado mucho por vosotros.
7 Saludad a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros de
prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo.
8 Saludad a Ampliato, mi amado en el Señor.
9 Saludad a Urbano, colaborador nuestro en Cristo; y a mi querido
Estaquio.
10 Saludad a Apeles, que ha dado buenas pruebas de sí en Cristo.
Saludad a los de la casa de Aristóbulo.
11 Saludad a mi pariente Herodión. Saludad a los de la casa de
Narciso, en el Señor.
12 Saludad a Trifena y a Trifosa, que se han fatigado en el Señor.
Saludad a la amada Pérside, que trabajó mucho en el Señor.
13 Saludad a Rufo, el escogido del Señor; y a su madre, que lo es
también mía.
14 Saludad a Asíncrito y Flegonta, a Hermes, a Patrobas, a Hermas y a
los hermanos que están con ellos.
15 Saludad a Filólogo y a Julia, a Nereo y a su hermana, lo mismo que
a Olimpas y a todos los santos que están con ellos.
16 Saludaos los unos a los otros con el beso santo. Todas las Iglesias
de Cristo os saludan.
17 Os ruego, hermanos, que os guardéis de los que suscitan divisiones
y escándalos contra la doctrina que habéis aprendido; apartaos de ellos,
18 pues esos tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su
propio vientre, y, por medio de suaves palabras y lisonjas, seducen
los
corazones de los sencillos.