14 con todo, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés aun sobre
aquellos que no pecaron con una transgresión semejante a la de Adán,
el
cual es figura del que había de venir...
15 Pero con el don no sucede como con el delito. Si por el delito de
uno solo murieron todos ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado
por la gracia de un solo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos!
16 Y no sucede con el don como con las consecuencias del pecado de
uno solo; porque la sentencia, partiendo de uno solo,
lleva a la
condenación, mas la obra de la gracia, partiendo de muchos delitos,
se
resuelve en justificación.
17 En efecto, si por el delito de uno solo reinó la muerte por un solo
hombre ¡con cuánta más razón los que reciben en abundancia la gracia y el
don de la justicia, reinarán en la vida por un solo, por Jesucristo!
18 Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre todos los hombres
la condenación, así también la obra de justicia de uno solo procura toda la
justificación que da la vida.
19 En efecto, así como por la desobediencia de un solo hombre, todos
fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno
solo
todos serán constituidos justos.