...la Biblia de Jerusalén
Romanos 8, 15-17
15 Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor;
antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar:
¡Abbá, Padre!
16 El Espíritu mismo se une a nuestro espíritu para dar testimonio de
que somos hijos de Dios.
17 Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y coherederos de
Cristo, ya que sufrimos con él, para ser también con él glorificados.