22 Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre
dolores de parto.
23 Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del
Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate
de nuestro cuerpo.
24 Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se
ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve?