Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Romanos 9, 8-22

8 es decir: no son hijos de Dios los hijos según la carne, sino que los
hijos de la promesa se cuentan como descendencia.


9 Porque éstas son las palabras de la promesa: = «Por este tiempo
volveré; y Sara tendrá un hijo.» =

10 Y más aún; también Rebeca concibió de un solo hombre, nuestro
padre Isaac;

11 ahora bien, antes de haber nacido, y cuando no habían hecho ni
bien ni mal - para que se mantuviese la libertad de la elección divina,

12 que depende no de las obras sino del que llama - le fue dicho
a
Rebeca: = El mayor servirá al menor, =

13 como dice la Escritura: = Amé a Jacob y odié a Esaú. =

14 ¿Qué diremos, pues? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡De ningún
modo!

15 Pues dice él a Moisés: = Seré misericordioso con quien lo sea: me
apiadaré de quien me apiade. =

16 Por tanto, no se trata de querer o de correr, sino de que Dios tenga
misericordia.

17 Pues dice la Escritura a Faraón: = Te he suscitado precisamente
para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea conocido en toda la
tierra. =

18 Así pues, usa de misericordia con quien quiere, y endurece a quien
quiere.

19 Pero me dirás: Entonces ¿de qué se enoja? Pues ¿quién puede
resistir a su voluntad?

20 ¡Oh hombre! Pero ¿quién eres tú para pedir cuentas a Dios? ¿Acaso

= la pieza de barro dirá a quien la modeló: “por qué me hiciste así”? =

21 O ¿es que el alfarero no es dueño de hacer de una misma masa unas
vasijas para usos nobles y otras para usos despreciables?

22 Pues bien, si Dios, queriendo manifestar su cólera y dar a conocer
su poder, soportó con gran paciencia objetos de cólera preparados para la
perdición,