1 Noemí, su suegra, le dijo: «Hija mía, ¿es que no debo procurarte una
posición segura que te convenga?
2 Ahora bien: ¿Acaso no es pariente nuestro aquel Booz con cuyos
criados estuviste? Pues mira: Esta noche estará aventando la cebada en la
era.
3 Lávate, perfúmate y ponte encima el manto, y baja a la era; que no te
reconozca ese hombre antes que acabe de comer y beber.
4 Cuando se acueste, mira el lugar en que se haya acostado, vas,
descubres un sitio a sus pies y te acuestas; y él mismo te indicará lo que
debes hacer.»