8 Nadie, pues, que profiera iniquidades quedará oculto, ni le pasará
por alto la Justicia vengadora.
9 Las deliberaciones del impío serán examinadas; el eco de sus
palabras llegará hasta el Señor para castigo de sus maldades.
10 Un oído celoso lo escucha todo, no se le oculta ni el rumor de la
murmuración.
11 Guardaos, pues, de murmuraciones inútiles, preservad vuestra
lengua de la maledicencia; que la palabra más secreta no se pronuncia en
vano, y la boca mentirosa da muerte al alma.