14 pues al que antes hicieron exponer y luego rechazaron con
escarnio, al final de los acontecimientos le admiraron después de
padecer
una sed bien diferente de la de los justos.
15 Por sus locos e inicuos pensamientos por los que, extraviados,
adoraban reptiles sin razón y bichos despreciables, les enviaste en castigo
muchedumbre de animales sin razón,
16 para que aprendiesen que, por donde uno peca, por allí es
castigado.
17 Pues bien podía tu mano omnipotente - ella que de informe
materia había creado el mundo - enviar contra ellos muchedumbre de osos o
audaces leones,
18 o bien fieras desconocidas, entonces creadas, llenas de furor,
respirando aliento de fuego, lanzando humo hediondo o despidiendo de sus
ojos terribles centellas,
19 capaces, no ya de aniquilarlos con sus ataques, sino de destruirlos
con sólo su estremecedor aspecto.
20 Y aun sin esto, de un simple soplo podían sucumbir, perseguidos
por la Justicia, aventados por el soplo de tu poder. Pero tú todo lo dispusiste
con medida, número y peso.
21 Pues el actuar con inmenso poder siempre está en tu mano. ¿Quién
se podrá oponer a la fuerza de tu brazo?
22 Como lo que basta a inclinar una balanza, es el mundo entero en tu
presencia, como la gota de rocío que a la mañana baja sobre la tierra.