11 Un leñador abate con la sierra un árbol conveniente, lo despoja
diestramente de toda su corteza, lo trabaja con habilidad y fabrica un objeto
útil a las necesidades de la vida.
12 Con los restos de su trabajo se prepara la comida que le deja
satisfecho.
13 Queda todavía un resto del árbol que para nada sirve, un tronco
torcido y lleno de nudos. Lo toma y lo labra para llenar los ratos de ocio, le
da forma con la destreza adquirida en sus tiempos libres; le da el parecido
de una imagen de hombre
14 o bien la semejanza de algún vil animal. Lo pinta de bermellón,
colorea de rojo su cuerpo y salva todos sus defectos bajo la capa de pintura.