27 Que es culto de los ídolos sin nombre principio, causa y término
de todos los males.
28 Porque o se divierten alocadamente, o manifiestan oráculos falsos,
o viven una vida de injusticia, o con toda facilidad perjuran:
29 como los ídolos en que confían no tienen vida, no esperan que del
perjurio se les siga algún mal.
30 Una justa sanción les alcanzará, sin embargo, por doble motivo:
por formarse de Dios una idea falsa al darse a los ídolos y por
jurar
injustamente contra la verdad con desprecio de toda santidad.
31 Que no es el poder de aquellos en cuyo nombre juran; es la
sanción que merece todo el que peca, la que persigue
siempre la
transgresión de los inicuos.