29 como los ídolos en que confían no tienen vida, no esperan que del
perjurio se les siga algún mal.
30 Una justa sanción les alcanzará, sin embargo, por doble motivo:
por formarse de Dios una idea falsa al darse a los ídolos y por
jurar
injustamente contra la verdad con desprecio de toda santidad.