6 También al principio, mientras los soberbios gigantes perecían, se
refugió en una barquichuela la esperanza del mundo, y, guiada por
tu
mano, dejó al mundo semilla de una nueva generación.
7 Pues bendito es el leño por el que viene la justicia,
8 pero el ídolo fabricado, maldito él y el que lo hizo; uno por hacerle,
el otro porque, corruptible, es llamado dios,
9 y Dios igualmente aborrece al impío y su impiedad;