2 En vez de tal castigo, concediste favores a tu pueblo: para satisfacer
su voraz apetito, les preparaste como alimento un manjar
exquisito:
codornices;
3 para que aquéllos, aun ansiando el alimento, por el asqueroso
aspecto de los bichos que les enviabas, hasta el apetito natural perdiesen, y
éstos, pasadas unas breves privaciones, viniesen a gustar
manjares
exquisitos.
4 Era razón que aquéllos, los opresores, sufrieran un hambre
irremediable, mientras a éstos bastaba mostrarles la clase de tormento que
sus enemigos padecían.