...la Biblia de Jerusalén
Sabiduría 16, 7-12
7 y el que a ella se volvía, se salvaba, no por lo que contemplaba, sino
por ti, Salvador de todos.
8 De este modo convenciste a nuestros enemigos de que tú eres el que
libras de todo mal:
9 a ellos picaduras de langostas y moscas los mataban, - y bien
merecían que bichos tales los castigasen - sin que remedio hallaran para su
vida;
10 a tus hijos, en cambio, ni dientes de serpientes venenosas los
vencieron, pues vino tu misericordia en su socorro y los sanó.
11 Las mordeduras - pronto curadas - les recordaban tus preceptos no
fuera que, cayendo en profundo olvido, se vieran excluidos de
tu
liberalidad.
12 Ni los curó hierba ni emplasto alguno, sino tu palabra, Señor, que
todo lo sana.