1 Entre tanto para tus santos había una grandísima luz. Los egipcios,
que oían su voz aunque no distinguían su figura, les proclamaban dichosos
por no haber padecido ellos también;
2 les daban gracias porque agraviados no se vengaban y les pedían
perdón por su conducta hostil.
3 En vez de tinieblas, diste a los tuyos una columna de fuego, guía a
través de rutas desconocidas, y sol inofensivo en su gloriosa emigración.