22 Y venció a la Cólera no con la fuerza de su cuerpo, ni con el poder
de las armas, sino que sometió con su palabra al que traía el
castigo
recordándole los juramentos hechos a los Padres y las alianzas.
23 Cuando ya los muertos, unos sobre otros, yacían hacinados, frenó,
interponiéndose, el avance de la Cólera y le cerró el camino hacia los que
todavía vivían.