5 así mientras tu pueblo gozaba de un viaje maravilloso, ellos
encontrarían una muerte extraña.
6 Pues para preservar a tus hijos de todo daño, la creación entera,
obediente a tus órdenes, se rehízo de nuevo en su propia naturaleza.
7 Se vio una nube proteger con su sombra el campamento, emerger
del agua que la cubría una tierra enjuta, del mar Rojo un camino expedito,
una verde llanura del oleaje impetuoso,
8 por donde, formando un solo pueblo, pasaron los que tu mano
protegía mientras contemplaban tan admirables prodigios.
9 Como caballos se apacentaban, y retozaban como corderos
alabándote a ti, Señor que los habías liberado.
10 Recordaban todavía lo sucedido en su destierro, cómo, en vez de
nacer los mosquitos de animales, los produjo la tierra, cómo, en vez
de
nacer las ranas de seres acuáticos, las vomitó el Río en abundancia.
11 Más tarde, vieron además un modo nuevo de nacer las aves;
cuando, llevados de la gula, pidieron manjares delicados,
12 para satisfacerles, subieron codornices desde el mar.
13 Mas sobre los pecadores cayeron los castigos, precedidos, como
aviso, de la violencia de los rayos. Con toda justicia sufrían por sus propias
maldades, por haber extremado su odio contra el extranjero.
14 Otros no recibieron a unos desconocidos a su llegada. pero éstos
redujeron a esclavitud a huéspedes bienhechores.
15 Además habrá una visita para ellos porque recibieron hostilmente
a los extranjeros...
16 pero éstos, después de acoger con fiestas a los que ya participaban
en los mismos derechos que ellos, los aplastaron con terribles trabajos.
17 Por eso, también fueron éstos heridos de ceguera, como aquéllos a
las puertas del justo, cuando, envueltos en inmensas tinieblas, buscaba cada
uno el acceso a su puerta.
18 Los elementos se adaptaron de una nueva manera entre sí como
cambian la naturaleza del ritmo los sonidos en un salterio sin que cambie
por eso su tonalidad, cosa que se puede deducir claramente examinando lo
sucedido.
19 Seres terrestres se tornaban acuáticos, y los que nadan pasaban a
caminar sobre la tierra.
20 El fuego aumentaba en el agua su fuerza natural y el agua olvidaba
su poder de apagar.