6 Pues para preservar a tus hijos de todo daño, la creación entera,
obediente a tus órdenes, se rehízo de nuevo en su propia naturaleza.
7 Se vio una nube proteger con su sombra el campamento, emerger
del agua que la cubría una tierra enjuta, del mar Rojo un camino expedito,
una verde llanura del oleaje impetuoso,
8 por donde, formando un solo pueblo, pasaron los que tu mano
protegía mientras contemplaban tan admirables prodigios.