...la Biblia de Jerusalén
Sabiduría 4, 8-16
8 La ancianidad venerable no es la de los muchos días ni se mide por
el número de años;
9 la verdadera canicie para el hombre es la prudencia, y la edad
provecta, una vida inmaculada.
10 Agradó a Dios y fue amado, y como vivía entre pecadores, fue
trasladado.
11 Fue arrebatado para que la maldad no pervitiera su inteligencia o
el engaño sedujera su alma;
12 pues la fascinación del mal empaña el bien y los vaivenes de la
concupiscencia corrompen el espíritu ingenuo.
13 Alcanzando en breve la perfección, llenó largos años.
14 Su alma era del agrado del Señor, por eso se apresuró a sacarle de
entre la maldad. Lo ven las gentes y no comprenden, ni caen en cuenta
15 que la gracia y la misericordia son para sus elegidos y su
visita
para sus santos.
16 El justo muerto condena a los impíos vivos, y la juventud pronto
consumada, la larga ancianidad del inicuo.