14 En efecto, la esperanza del impío es como brizna arrebatada por el
viento, como espuma ligera acosada por el huracán, se desvanece como el
humo con el viento; pasa como el recuerdo del huésped de un día.
15 Los justos, en cambio, viven eternamente; en el Señor está su
recompensa, y su cuidado a cargo del Altísimo.