14 En efecto, la esperanza del impío es como brizna arrebatada por el
viento, como espuma ligera acosada por el huracán, se desvanece como el
humo con el viento; pasa como el recuerdo del huésped de un día.
15 Los justos, en cambio, viven eternamente; en el Señor está su
recompensa, y su cuidado a cargo del Altísimo.
16 Recibirán por eso de mano del Señor la corona real del honor y la
diadema de la hermosura; pues con su diestra los protegerá y los escudará
con su brazo.
17 Tomará su celo como armadura, y armará a la creación para
rechazar a sus enemigos;
18 por coraza vestirá la justicia, se pondrá por casco un juicio sincero,
19 tomará por escudo su santidad invencible,
20 afilará como espada su cólera inexorable, y el universo saldrá con
él a pelear contra los insensatos.