14 Quien madruge para buscarla, no se fatigará, que a su puerta la
encontrará sentada.
15 Pensar en ella es la perfección de la prudencia, y quien por ella se
desvele, pronto se verá sin cuidados.
16 Pues ella misma va por todas partes buscando a los que son dignos
de ella: se les muestra benévola en los caminos y les sale al encuentro en
todos sus pensamientos.
17 Pues su comienzo es el deseo más verdadero de instrucción, la
preocupación por la instrucción es el amor,