5 terrible y repentino se presentará ante vosotros. Porque un juicio
implacable espera a los que están en lo alto;
6 al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán
poderosamente examinados.
7 Que el Señor de todos ante nadie retrocede, no hay grandeza que se
le imponga; al pequeño como al grande él mismo los hizo y de todos tiene
igual cuidado,
8 pero una investigación severa aguarda a los que están en el poder.
9 A vosotros, pues, soberanos, se dirigen mis palabras para que
aprendaís sabiduría y no faltéis;
10 porque los que guarden santamente las cosas santas, serán
reconocidos santos, y los que se dejen instruir en ellas, encontrarán defensa.
11 Desead, pues, mis palabras; ansiadlas, que ellas os instruirán.
12 Radiante e inmarcesible es la Sabiduría. Fácilmente la contemplan
los que la aman y la encuentran los que la buscan.
13 Se anticipa a darse a conocer a los que la anhelan.
14 Quien madruge para buscarla, no se fatigará, que a su puerta la
encontrará sentada.