25 Es un hálito del poder de Dios, una emanación pura de la gloria
del Omnipotente, por lo que nada manchado llega a alcanzarla.
26 Es un reflejo de la luz eterna, un espejo sin mancha de la actividad
de Dios, una imagen de su bondad.
27 Aun siendo sola, lo puede todo; sin salir de sí misma, renueva el
universo; en todas las edades, entrando en las almas santas, forma en ellas
amigos de Dios y profetas,
28 porque Dios no ama sino a quien vive con la Sabiduría.