13 ¿Qué hombre, en efecto, podrá conocer la voluntad de Dios?
¿Quién hacerse idea de lo que el Señor quiere?
ideas,
14 Los pensamientos de los mortales son tímidos e inseguras nuestras
15 pues un cuerpo corruptible agobia el alma y esta tienda de tierra
abruma el espíritu lleno de preocupaciones.
16 Trabajosamente conjeturamos lo que hay sobre la tierra y con
fatiga hallamos lo que está a nuestro alcance; ¿quién, entonces, ha rastreado
lo que está en los cielos?
17 Y ¿quién habría conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la
Sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu espíritu santo?
18 Sólo así se enderezaron los caminos de los moradores de la tierra,
así aprendieron los hombres lo que a ti te agrada y gracias a la Sabiduría se
salvaron.»