16 Trabajosamente conjeturamos lo que hay sobre la tierra y con
fatiga hallamos lo que está a nuestro alcance; ¿quién, entonces, ha rastreado
lo que está en los cielos?
17 Y ¿quién habría conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la
Sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu espíritu santo?
18 Sólo así se enderezaron los caminos de los moradores de la tierra,
así aprendieron los hombres lo que a ti te agrada y gracias a la Sabiduría se
salvaron.»