...la Biblia de Jerusalén
Salmo 102, 2-14
2 (3) no ocultes lejos de mí tu rostro el día de mi angustia;
tiende
hacia mí tu oído, ¡el día en que te invoco, presto, respóndeme!
3 (4) Pues mis días en humo se disipan, mis huesos arden lo mismo
que un brasero;
4 (5) trillado como el heno, mi corazón se seca, y me olvido de comer
mi pan;
5 (6) ante la voz de mis sollozos, mi piel a mis huesos se ha pegado.
6 (7) Me parezco al búho del yermo, igual que la lechuza de las
ruinas;
7 (8) insomne estoy y gimo cual solitario pájaro en tejado;
8 (9) me insultan todo el día mis enemigos, los que me alababan
maldicen por mi nombre.
9 (10) El pan que como es la ceniza, mi bebida mezclo con mis
lágrimas,
10 (11) ante tu cólera y tu enojo, pues tú me alzaste y después me has
tirado:
11 (12) mis días son como la sombra que declina, y yo me seco como
el heno.
12 (13) Mas tú, Yahveh, permaneces para siempre, y tu memoria de
edad en edad.
13 (14) Tú te alzarás, compadecido de Sión, pues es ya tiempo de
apiadarte de ella, ha llegado la hora;
14 (15) que están tus siervos encariñados de sus piedras y se
compadecen de sus ruinas.