...la Biblia de Jerusalén
Salmo 102, 20-28
20 (21) para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos
de la
muerte.
21 (22) Para pregonar en Sión el nombre de Yahveh, y su alabanza en
Jerusalén,
22 (23) cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para
servir a Yahveh.
23 (24) El ha enervado mi fuerza en el camino, ha abreviado mis días.
24 (25) Digo: ¡Dios mío, en la mitad de mis días no me lleves! ¡De
edad en edad duran tus años!
25 (26) Desde antiguo, fundaste tú la tierra, y los cielos son la obra de
tus manos;
26 (27) ellos perecen, mas tú quedas, todos ellos como la ropa se
desgastan, como un vestido los mudas tú, y se mudan.
27 (28) Pero tú siempre el mismo, no tienen fin tus años.
28 (29) Los hijos de tus siervos tendrán una morada, y su estirpe ante
ti subsistirá.