...la Biblia de Jerusalén
Salmo 104, 16-31
16 Se empapan bien los árboles de Yahveh, los cedros del Líbano que
él plantó;
17 allí ponen los pájaros su nido, su casa en su copa la cigüeña;
18 los altos montes, para los rebecos, para los damanes, el cobijo de
las rocas.
19 Hizo la luna para marcar los tiempos, conoce el sol su ocaso;
20 mandas tú las tinieblas, y es la noche, en ella rebullen todos
los
animales de la selva,
21 los leoncillos rugen por la presa, y su alimento a Dios reclaman.
22 Cuando el sol sale, se recogen, y van a echarse a sus guaridas;
23 el hombre sale a su trabajo, para hacer su faena hasta la tarde.
24 ¡Cuán numerosas tus obras, Yahveh! Todas las has hecho con
sabiduría, de tus criaturas está llena la tierra.
25 Ahí está el mar, grande y de amplios brazos, y en él el hervidero
innumerable de animales, grandes y pequeños;
26 por allí circulan los navíos, y Leviatán que tú formaste para jugar
con él.
27 Todos ellos de ti están esperando que les des a su tiempo su
alimento;
28 tú se lo das y ellos lo toman, abres tu mano y se sacian de bienes.
29 Escondes tu rostro y se anonadan, les retiras su soplo, y expiran y a
su polvo retornan.
30 Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra.
31 ¡Sea por siempre la gloria de Yahveh, en sus obras Yahveh se
regocije!