...la Biblia de Jerusalén
Salmo 118, 4-20
4 ¡Digan los que temen a Yahveh: que es eterno su amor!
5 En mi angustia hacia Yahveh grité, él me respondió y me dio
respiro;
6 Yahveh está por mí, no tengo miedo, ¿qué puede hacerme el
hombre?
7 Yahveh está por mí, entre los que me ayudan, y yo desafío a los que
me odian.
8 Mejor es refugiarse en Yahveh que confiar en hombre;
9 mejor es refugiarse en Yahveh que confiar en magnates.
10 Me rodeaban todos los gentiles: en el nombre de Yahveh los
cercené;
11 me rodeaban, me asediaban: en el nombre de Yahveh los cercené.
12 Me rodeaban como avispas, llameaban como fuego de zarzas: en el
nombre de Yahveh los cercené.
13 Se me empujó, se me empujó para abatirme, pero Yahveh vino en
mi ayuda;
14 mi fuerza y mi cántico es Yahveh, él ha sido para mí la salvación.
15 Clamor de júbilo y salvación, en las tiendas de los justos: «¡La
diestra de Yahveh hace proezas,
16 excelsa la diestra de Yahveh, la diestra de Yahveh hace proezas!»
17 No, no he de morir, que viviré, y contaré las obras de Yahveh;
18 me castigó, me castigó Yahveh, pero a la muerte no me entregó.
19 ¡Abridme las puertas de justicia, entraré por ellas, daré gracias
a
Yahveh!
20 Aquí está la puerta de Yahveh, por ella entran los justos.