...la Biblia de Jerusalén
Salmo 119, 10-103
10 De todo corazón ando buscándote, no me desvíes de tus
mandamientos.
11 Dentro del corazón he guardado tu promesa, para no pecar contra
ti.
12 Bendito tú, Yahveh, enséñame tus preceptos.
13 Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca.
14 En el camino de tus dictámenes me recreo más que en toda riqueza.
15 En tus ordenanzas quiero meditar y mirar a tus caminos.
16 En tus preceptos tengo mis delicias, no olvido tu palabra.
17 = Guímel. = Haz merced a tu siervo y viviré. y guardaré tu palabra.
18 Abre mis ojos para que contemple las maravillas de tu ley.
19 Un forastero soy sobre la tierra, tus mandamientos no me ocultes.
20 Mi alma se consume deseando tus juicios en todo tiempo.
21 Tú increpas a los soberbios, los malditos, que se desvían de tus
mandamientos.
22 Echa lejos de mí oprobio y menosprecio, porque he guardado tus
dictámenes.
23 Aunque los príncipes hablen en sesión contra mí, tu servidor
medita en tus preceptos.
24 Tus dictámenes hacen mis delicias, mis consejeros, tus preceptos.
25 = Dálet. = Mi alma está pegada al polvo, hazme vivir conforme a tu
palabra.
26 Mis caminos expuse, y tú me respondiste, enséñame tus preceptos.
27 Hazme entender el camino de tus ordenanzas, y meditaré en tus
maravillas.
28 Se va en lágrimas mi alma por el tedio, sosténme conforme a tu
palabra.
29 Aléjame del camino de mentira, y dame la gracia de tu ley,
30 He escogido el camino de la lealtad, a tus juicios me conformo.
31 A tus dictámenes me mantengo adherido, no me confundas, tú,
Yahveh.
32 Corro por el camino de tus mandamientos, pues tú mi corazón
dilatas.
33 = He. = Enséñame, Yahveh, el camino de tus preceptos, yo lo
quiero guardar en recompensa.
34 Hazme entender, para guardar tu ley y observarla de todo corazón.
35 Llévame por la senda de tus mandamientos porque mi
complacencia tengo en ella.
36 Inclina mi corazón hacia tus dictámenes, y no a ganancia injusta.
37 Aparta mis ojos de mirar vanidades, por tu palabra vivifícame.
38 Mantén a tu siervo tu promesa, que conduce a tu temor.
39 Aparta de mí el oprobio que me espanta, pues son buenos tus
juicios.
40 Mira que deseo tus ordenanzas, hazme vivir por tu justicia.
41 = Vau. = ¡Llegue hasta mí tu amor, Yahveh, tu salvación, conforme
a tu promesa!
42 Y daré respuesta al que me insulta, porque confío en tu palabra.
43 No quites de mi boca la palabra de verdad, porque espero en tus
juicios.
44 Yo observaré sin descanso tu ley para siempre jamás.
45 Y andaré por camino anchuroso, porque tus ordenanzas voy
buscando.
46 De tus dictámenes hablaré ante los reyes, y no tendré
que
avergonzarme.
47 Y me deleitaré en tus mandamientos, que amo mucho.
48 Tiendo mis manos hacia tus mandamientos, en tus preceptos
medito.
49 = Zain. = Recuerda la palabra dada a tu servidor, de la que has
hecho mi esperanza.
ley.
50 Este es mi consuelo en mi miseria: que tu promesa me da vida.
51 Los soberbios me insultan hasta el colmo, yo no me aparto de tu
52 Me acuerdo de tus juicios de otro tiempo, oh Yahveh, y me
consuelo.
53 Me arrebata el furor por los impíos que abandonan tu ley.
ley.
54 Tus preceptos son cantares para mí en mi mansión de forastero.
55 Me acuerdo por la noche de tu nombre, Yahveh, quiero guardar tu
56 Esta es mi tarea: guardar tus ordenanzas.
57 = Jet. = Mi porción, Yahveh, he dicho, es guardar tus palabras.
58 Con todo el corazón busco tu favor, tenme piedad conforme a tu
promesa.
59 He examinado mis caminos y quiero volver mis pies a tus
dictámenes.
60 Me doy prisa y no me tardo en observar tus mandamientos.
61 Las redes de los impíos me aprisionan, yo no olvido tu ley.
62 Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios.
63 Amigo soy de todos los que te temen y observan tus ordenanzas.
64 De tu amor, Yahveh, está la tierra llena, enséñame tus preceptos.
65 = Tet. = Has sido generoso con tu siervo, oh Yahveh, conforme a
tu palabra.
66 Cordura y sabiduría enséñame, pues tengo fe en tus mandamientos.
67 Antes de ser humillado, me descarriaba, mas ahora observo tu
promesa.
68 Tú, que eres bueno y bienhechor, enséñame tus preceptos.
69 Los soberbios me enredan con mentira, yo guardo tus ordenanzas
de todo corazón.
70 Como de grasa su corazón está embotado. mas yo en tu ley tengo
mis delicias.
71 Un bien para mí ser humillado, para que aprenda tus preceptos.
72 Un bien para mí la ley de tu boca, más que miles de oro y plata.
73 = Yod. = Tus manos me han hecho y me han formado, hazme
entender, y aprenderé tus mandamientos.
74 Los que te temen me ven con alegría, porque espero en tu palabra.
75 Yo sé, Yahveh, que son justos tus juicios, que con lealtad me
humillas tú.
76 Sea tu amor consuelo para mí, según tu promesa a tu servidor.
77 Me alcancen tus ternuras y viviré, porque tu ley es mi delicia.
78 Sean confundidos los soberbios que me afligen con mentira, yo en
tus ordenanzas medito.
79 Vuélvanse hacia mí los que te temen, los que conocen
tus
dictámenes.
80 Sea mi corazón perfecto en tus preceptos, para que no sea
confundido.
81 = Kaf. = En pos de tu salvación mi alma languidece, en tu palabra
espero.
82 Languidecen mis ojos en pos de tu promesa diciendo: «¿Cuándo
vas a consolarme?»
83 Aun hecho igual que un pellejo que se ahúma, de tus preceptos no
me olvido.
84 ¿Cuántos serán los días de tu siervo? ¿cuándo harás justicia de mis
perseguidores?
85 Los soberbios han cavado fosas para mí en contra de tu ley.
86 Todos tus mandamientos son verdad, con mentira se me persigue,
¡ayúdame!
87 Poco falta para que me borren de la tierra, mas yo tus ordenanzas
no abandono.
88 Según tu amor dame la vida, y guardaré el dictamen de tu boca.
89 = Lámed. = Para siempre, Yahveh, tu palabra, firme está en los
cielos.
90 Por todas las edades tu verdad, tú fijaste la tierra, ella persiste.
91 Por tus juicios subsiste todo hasta este día, pues toda cosa es sierva
tuya.
92 Si tu ley no hubiera sido mi delicia, ya habría perecido en mi
miseria.
93 Jamás olvidaré tus ordenanzas, por ellas tú me das la vida.
94 Tuyo soy, sálvame, pues tus ordenanzas voy buscando.
95 Para perderme me acechan los impíos, yo estoy atento a tus
dictámenes.
96 De todo lo perfecto he visto el límite: ¡Qué inmenso es tu
mandamiento!
97 = Mem. = ¡Oh, cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi
meditación.
98 Más sabio me haces que mis enemigos por tu mandamiento, que
por siempre es mío.
99 Tengo más prudencia que todos mis maestros, porque mi
meditación son tus dictámenes.
100 Poseo más cordura que los viejos, porque guardo tus ordenanzas.
101 Retraigo mis pasos de toda mala senda para guardar tu palabra.
102 De tus juicios no me aparto, porque me instruyes tú.
103 ¡Cuán dulce al paladar me es tu promesa, más que miel a mi boca!