...la Biblia de Jerusalén
Salmo 119, 53-95
53 Me arrebata el furor por los impíos que abandonan tu ley.
ley.
54 Tus preceptos son cantares para mí en mi mansión de forastero.
55 Me acuerdo por la noche de tu nombre, Yahveh, quiero guardar tu
56 Esta es mi tarea: guardar tus ordenanzas.
57 = Jet. = Mi porción, Yahveh, he dicho, es guardar tus palabras.
58 Con todo el corazón busco tu favor, tenme piedad conforme a tu
promesa.
59 He examinado mis caminos y quiero volver mis pies a tus
dictámenes.
60 Me doy prisa y no me tardo en observar tus mandamientos.
61 Las redes de los impíos me aprisionan, yo no olvido tu ley.
62 Me levanto a medianoche a darte gracias por tus justos juicios.
63 Amigo soy de todos los que te temen y observan tus ordenanzas.
64 De tu amor, Yahveh, está la tierra llena, enséñame tus preceptos.
65 = Tet. = Has sido generoso con tu siervo, oh Yahveh, conforme a
tu palabra.
66 Cordura y sabiduría enséñame, pues tengo fe en tus mandamientos.
67 Antes de ser humillado, me descarriaba, mas ahora observo tu
promesa.
68 Tú, que eres bueno y bienhechor, enséñame tus preceptos.
69 Los soberbios me enredan con mentira, yo guardo tus ordenanzas
de todo corazón.
70 Como de grasa su corazón está embotado. mas yo en tu ley tengo
mis delicias.
71 Un bien para mí ser humillado, para que aprenda tus preceptos.
72 Un bien para mí la ley de tu boca, más que miles de oro y plata.
73 = Yod. = Tus manos me han hecho y me han formado, hazme
entender, y aprenderé tus mandamientos.
74 Los que te temen me ven con alegría, porque espero en tu palabra.
75 Yo sé, Yahveh, que son justos tus juicios, que con lealtad me
humillas tú.
76 Sea tu amor consuelo para mí, según tu promesa a tu servidor.
77 Me alcancen tus ternuras y viviré, porque tu ley es mi delicia.
78 Sean confundidos los soberbios que me afligen con mentira, yo en
tus ordenanzas medito.
79 Vuélvanse hacia mí los que te temen, los que conocen
tus
dictámenes.
80 Sea mi corazón perfecto en tus preceptos, para que no sea
confundido.
81 = Kaf. = En pos de tu salvación mi alma languidece, en tu palabra
espero.
82 Languidecen mis ojos en pos de tu promesa diciendo: «¿Cuándo
vas a consolarme?»
83 Aun hecho igual que un pellejo que se ahúma, de tus preceptos no
me olvido.
84 ¿Cuántos serán los días de tu siervo? ¿cuándo harás justicia de mis
perseguidores?
85 Los soberbios han cavado fosas para mí en contra de tu ley.
86 Todos tus mandamientos son verdad, con mentira se me persigue,
¡ayúdame!
87 Poco falta para que me borren de la tierra, mas yo tus ordenanzas
no abandono.
88 Según tu amor dame la vida, y guardaré el dictamen de tu boca.
89 = Lámed. = Para siempre, Yahveh, tu palabra, firme está en los
cielos.
90 Por todas las edades tu verdad, tú fijaste la tierra, ella persiste.
91 Por tus juicios subsiste todo hasta este día, pues toda cosa es sierva
tuya.
92 Si tu ley no hubiera sido mi delicia, ya habría perecido en mi
miseria.
93 Jamás olvidaré tus ordenanzas, por ellas tú me das la vida.
94 Tuyo soy, sálvame, pues tus ordenanzas voy buscando.
95 Para perderme me acechan los impíos, yo estoy atento a tus
dictámenes.