...la Biblia de Jerusalén
Salmo 119, 75-90
75 Yo sé, Yahveh, que son justos tus juicios, que con lealtad me
humillas tú.
76 Sea tu amor consuelo para mí, según tu promesa a tu servidor.
77 Me alcancen tus ternuras y viviré, porque tu ley es mi delicia.
78 Sean confundidos los soberbios que me afligen con mentira, yo en
tus ordenanzas medito.
79 Vuélvanse hacia mí los que te temen, los que conocen
tus
dictámenes.
80 Sea mi corazón perfecto en tus preceptos, para que no sea
confundido.
81 = Kaf. = En pos de tu salvación mi alma languidece, en tu palabra
espero.
82 Languidecen mis ojos en pos de tu promesa diciendo: «¿Cuándo
vas a consolarme?»
83 Aun hecho igual que un pellejo que se ahúma, de tus preceptos no
me olvido.
84 ¿Cuántos serán los días de tu siervo? ¿cuándo harás justicia de mis
perseguidores?
85 Los soberbios han cavado fosas para mí en contra de tu ley.
86 Todos tus mandamientos son verdad, con mentira se me persigue,
¡ayúdame!
87 Poco falta para que me borren de la tierra, mas yo tus ordenanzas
no abandono.
88 Según tu amor dame la vida, y guardaré el dictamen de tu boca.
89 = Lámed. = Para siempre, Yahveh, tu palabra, firme está en los
cielos.
90 Por todas las edades tu verdad, tú fijaste la tierra, ella persiste.