...la Biblia de Jerusalén
Salmo 132, 3-18
3 «No he de entrar bajo el techo de mi casa, no he de subir al lecho en
que reposo,
4 sueño a mis ojos no he de conceder ni quietud a mis párpados,
5 mientras no encuentre un lugar para Yahveh, una Morada para el
Fuerte de Jacob.»
6 Mirad: hemos oído de Ella que está en Efratá, ¡la hemos encontrado
en los Campos del Bosque!
7 ¡Vayamos a la Morada de él, ante el estrado de sus
pies
postrémonos!
8 ¡Levántate, Yahveh, hacia tu reposo, tú y el arca de tu fuerza!
9 Tus sacerdotes se vistan de justicia, griten de alegría tus amigos.
10 En gracia a David, tu servidor, no rechaces el rostro de tu ungido.
11 Juró Yahveh a David, verdad que no retractará: «El fruto de tu seno
asentaré en tu trono.
12 «Si tus hijos guardan mi alianza, el dictamen que yo les enseño,
también sus hijos para siempre se sentarán sobre tu trono.»
sí:
13 Porque Yahveh ha escogido a Sión, la ha querido como sede para
14 «Aquí está mi reposo para siempre, en él me sentaré, pues lo he
querido.
15 «Sus provisiones bendeciré sin tasa, a sus pobres hartaré de pan,
16 de salvación vestiré a sus sacerdotes, y sus amigos gritarán de
júbilo.
17 «Allí suscitaré a David un fuerte vástago, aprestaré una lámpara a
mi ungido;
18 de vergüenza cubriré a sus enemigos, y sobre él brillará su
diadema».