Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Salmo 139, 1-2

10 también allí tu mano me conduce, tu diestra me aprehende.

11 Aunque diga: «¡Me cubra al menos la tiniebla, y la noche sea en
torno a mí un ceñidor,

12 ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti, y la noche es
luminosa
como el día.

13 Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de
mi madre;

14 yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son
tus obras. Mi alma conocías cabalmente,

15 y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo
secreto, tejido en las honduras de la tierra.

16 Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están inscritos todos los
días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos.

17 Mas para mí ¡qué arduos son tus pensamientos, oh, Dios, qué
incontable su suma!

18 ¡Son más, si los recuento, que la arena, y al terminar, todavía estoy
contigo!

19 ¡Ah, si al impío, oh Dios, mataras, si los hombres sanguinarios se
apartaran de mí!

20 Ellos que hablan de ti dolosamente, tus adversarios que se alzan en

vano.

21 ¿No odio, Yahveh, a quienes te odian? ¿No me asquean los que se

alzan contra ti?

22 Con odio colmado los odio, son para mí enemigos.

23 Sóndame, oh Dios, mi corazón conoce, pruébame, conoce mis
desvelos;

24 mira no haya en mí camino de dolor, y llévame por el camino
eterno.