...la Biblia de Jerusalén
Salmo 141, 3-6
3 Pon, Yahveh, en mi boca un centinela, un vigía a la puerta de mis
labios.
4 No dejes que tienda mi corazón a cosa mala, a perpetrar acciones
criminales en compañía de malhechores, y no guste yo lo que hace sus
delicias.
5 Que el justo me hiera por amor, y me corrija, pero el ungüento del
impío jamás lustre mi cabeza, pues me comprometería aún más en sus
maldades.
6 Han quedado a merced de la Roca, su juez, los que oyeron con
regodeo mis palabras: