...la Biblia de Jerusalén
Salmo 16, 4-10
4 Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo. Mas yo jamás
derramaré sus libámenes de sangre, jamás tomaré sus nombres en mis
labios.
5 Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras;
6 la cuerda me asigna un recinto de delicias, mi heredad es preciosa
para mí.
7 Bendigo a Yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me
instruye;
8 pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no
vacilo.
9 Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan, y hasta mi
carne en seguro descansa;
10 pues no has de abandonar mi alma al seol, ni dejarás a tu amigo ver
la fosa.