...la Biblia de Jerusalén
Salmo 17, 3-10
3 Mi corazón tú sondas, de noche me visitas; me pruebas al crisol sin
hallar nada malo en mí; mi boca no claudica
4 al modo de los hombres. La palabra de tus labios he guardado, por
las sendas trazadas
5 ajustando mis pasos; por tus veredas no vacilan mis pies.
6 Yo te llamo, que tú, oh Dios, me respondes, tiende hacia mí tu oído,
escucha mis palabras,
7 haz gala de tus gracias, tú que salvas a los que buscan a tu diestra
refugio contra los que atacan.
8 Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus
alas
9 de esos impíos que me acosan, enemigos ensañados que me cercan.
10 Están ellos cerrados en su grasa, hablan, la arrogancia en la boca.