...la Biblia de Jerusalén
Salmo 18, 2-18
2 (3) Yahveh, mi roca y mi baluarte, mi liberador, mi Dios; la peña en
que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y
mi
refugio.
3 (4) Invoco a Yahveh, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de
mis enemigos.
4 (5) Las olas de la muerte me envolvían, me espantaban las trombas
de Belial,
5 (6) los lazos del seol me rodeaban, me aguardaban los cepos de la
Muerte.
6 (7) Clamé a Yahveh en mi angustia, a mi Dios invoqué; y escuchó
mi voz desde su Templo, resonó mi llamada en sus oídos.
7 (8) La tierra fue sacudida y vaciló, retemblaron las bases de los
montes, (vacilaron bajo su furor);
8 (9) una humareda subió de sus narices, y de su boca un fuego que
abrasaba, (de él salían carbones encendidos).
9 (10) El inclinó los cielos y bajó, un espeso nublado debajo de sus
pies;
10 (11) cabalgó sobre un querube, emprendió el vuelo, sobre las alas
de los vientos planeó.
11 (12) Se puso como tienda un cerco de tinieblas, tinieblas de las
aguas, espesos nubarrones;
12 (13) del fulgor que le precedía se encendieron granizo y ascuas de
fuego.
13 (14) Tronó Yahveh en los cielos, lanzó el Altísimo su voz;
14 (15) arrojó saetas, y los puso en fuga, rayos fulminó y sembró
derrota.
15 (16) El fondo del mar quedó a la vista, los cimientos del orbe
aparecieron, ante tu imprecación, Yahveh, al resollar el aliento en
tus
narices.
16 (17) El extiende su mano de lo alto para asirme, para sacarme de
las profundas aguas;
17 (18) me libera de un enemigo poderoso, de mis adversarios más
fuertes que yo.
18 (19) Me aguardaban el día de mi ruina, más Yahveh fue un apoyo
para mí;