...la Biblia de Jerusalén
Salmo 19, 5-14
5 (6) y él, como un esposo que sale de su tálamo, se recrea, cual atleta,
corriendo su carrera.
6 (7) A un extremo del cielo es su salida, y su órbita llega al
otro
extremo, sin que haya nada que a su ardor escape.
7 (8) La ley de Yahveh es perfecta, consolación del alma, el dictamen
de Yahveh, veraz, sabiduría del sencillo.
8 (9) Los preceptos de Yahveh son rectos, gozo del corazón; claro el
mandamiento de Yahveh, luz de los ojos.
9 (10) El temor de Yahveh es puro, por siempre estable; verdad, los
juicios de Yahveh, justos todos ellos,
10 (11) apetecibles más que el oro, más que el oro más fino; sus
palabras más dulces que la miel, más que el jugo de panales.
11 (12) Por eso tu servidor se empapa en ellos, gran ganancia es
guardarlos.
12 (13) Pero ¿quién se da cuenta de sus yerros? De las faltas ocultas
límpiame.
13 (14) Guarda también a tu siervo del orgullo, no tenga dominio
sobre mí. Entonces seré irreprochable, de delito grave exento.
14 (15) ¡Sean gratas las palabras de mi boca, y el susurro de mi
corazón, sin tregua ante ti, Yahveh, roca mía, mi redentor.