...la Biblia de Jerusalén
Salmo 28, 1-3
1 Hacia ti clamo, Yahveh, roca mía, no estés mudo ante mí; no sea yo,
ante tu silencio, igual que los que bajan a la fosa.
2 Oye la voz de mis plegarias, cuando grito hacia ti, cuando elevo mis
manos, oh Yahveh, al santuario de tu santidad.
3 No me arrebates con los impíos, ni con los agentes de mal, que
hablan de paz a su vecino, mas la maldad está en su corazón.