...la Biblia de Jerusalén
Salmo 30, 4-9
4 (5) Salmodiad a Yahveh los que le amáis, alabad su memoria
sagrada.
5 (6) De un instante es su cólera, de toda una vida su favor; por
la
tarde visita de lágrimas, por la mañana gritos de alborozo.
6 (7) Y yo en mi paz decía: «Jamás vacilaré.»
7 (8) Yahveh, tu favor me afianzaba sobre fuertes montañas; mas
retiras tu rostro y ya estoy conturbado.
8 (9) A ti clamo, Yahveh, a mi Dios piedad imploro:
9 (10) ¿Qué ganancia en mi sangre, en que baje a la fosa? ¿Puede
alabarte el polvo, anunciar tu verdad?